16 de febrero de 2011

Lassie en apuros

Aquí va otra anécdota para el anecdotario.

A veces no se si los recuerdos o la imaginación me juegan malas pasadas, pero ayer, me vino a la cabeza una situación de hace mucho, mucho tiempo cuando Escarlata vivía en Cerdanyola.

Vivía en una casa apareada, donde yo me quedaba a dormir muchos fines de semana. Como casi siempre, el sábado por la tarde salíamos a dar una vuelta y a aprovisionarnos de chucherías (imprescindible en nuestra vida, así estaban nuestro dientes).

Recuerdo que se nos ocurrió una perrería para Lassie (su perra), y es que a pesar de que era uno más de la familia y por cierto muy querido también a pesar de lo que leáis a continuación...no se por qué motivo nos gustaba gastarle bromas...

Y decidimos bajarla por una cuerda desde su habitación a la calle, creo recordar que un segundo piso. Ahora que lo pienso me parece una salvajada, por eso digo que tal vez sea cosa de mi imaginación...aunque juraría que...fue verdad. De hecho, me quedaría más tranquila si me lo confirmara su familia...si me dice que sí...estoy confusa porque éramos niñas muy buenas...

El caso es que la atamos con cuerdas. Por supuesto el arnés no lo hice yo, quien me conozca sabrá que hubiese sido una mala idea, yo y la lógica no hacemos buenas migas precisamente y en vez de bajar poco a poco, Lassie hubiese hecho puenting. No, el arnés lo hizo Escarlata y yo me fui a la calle a recoger la, cariñosamente llamada, “mercancía”. Y fue todo un éxito que hizo que nos riéramos un buen rato.

Pero...contra más escribo más dudas se me crean...

Si lo hicimos...su familia no vió nada? Tanto confiaban en nosotras o sabían que estábamos piradas y nos dieron por perdidas? Lassie no se chivó? No pasaba nadie por la calle en ese momento que lo viese y nos denunciase? Tan bien estaba hecho el arnés que Lassie ni se inmutó, o eso recuerdo?

Ah, sí...antes de enviarla a la aventura, le hicimos un tupé con gomina...por supuesto...

Que fuerte me parece...y que vacío más grande siento cuando sé que no puedo preguntárselo...

Me consuela saber que ella y Lassie están por ahí revoloteando...

3 comentarios:

Antonieta dijo...

Buenísima la historia! A pesar de las perrerías que le hacíais y las cartas que le escribíais... era una perrita muy educada. Cada vez que llamaba a Laura, al descorgar decía: ¿quién es?... y a continuación oía: Guau!
Así que cada vez que llamaba a Laura, me reía antes de identificarme :-)

SERGI dijo...

Es posible que sea cierto y es que de niños a veces hacemos cosas de las que no pensamos las consecuencias, pero nos hacen reir en el momento y de mayores nos gustaría seguir haciéndolas pero la cabeza nos dice que mejor dejarlas a un lado.
La perra imagino que pasó un mal rato, pero si nunca os lo echó en cara, imagina lo que ella os debía hacer jejeje

recuerdo dijo...

No recordamos vuestra aventura con la pobre Lassie, puede ser que estuvierais solas, por que para hacer esa faena se necesita bastante tiempo, lo que si recuerdo que hubo unos días que subía en brazos a la Lassie y le daba vértigo jején,(ya salio el motivo),(o... no), vaya par, y nosotros diciendo que buenas son.
Nuestra casa pareada (tu formabas parte de ella), que buenos recuerdos nos trae, con el jardín tan bonito que teníamos, y el buen garaje donde yo hacia muebles y todo tipo de bricolaje, caramba con rima.
Sin Laura, que pena como pasa el tiempo.